INTRODUCCIÓN
El presente trabajo se ha realizado a partir de las
referencias encontradas en el libro de Paul Fussell “Uniforms. Why we are what we wear”, publicado por Mariner Books.
El autor, de una forma no sistemática, aborda la importancia del concepto
uniforme como instrumento poderoso de comunicación visual no verbal centrado en
la cultura de la cual él es originario, los Estados Unidos, y con algunos
capítulos sobre los uniformes en la Alemania Nazi, El Reino Unido o la Iglesia
Católica. Nuestro afán en el presente trabajo es tanto reflejar las líneas
argumentales básicas expresadas por Fussell como además contextualizarlas
y ampliarlas en el ámbito de la sociedad española. La reflexión personal se
realizará a partir de referencias obtenidas de la recogida de datos en el
ámbito familiar más cercano y de la observación de la sociedad española a
través del universo web.
LOS UNIFORMES EN LA VIDA
COTIDIANA:
“Trabajadoras
de Mcdonald’s con el uniforme de la empresa”.
Cualquier persona a lo largo de su vida se viste con muchos
uniformes distintos. Básicamente, se puede decir que los uniformes indican
pertenencia a un grupo humano con características comunes. Éstos se crean
cuando los miembros del mismo se sienten lo suficientemente orgullosos como
para mostrar públicamente y de un modo tan visual y directo como el que se
produce a través de la vestimenta, su participación en una determinada
comunidad. Los uniformes integran cierta simbología que proporciona más
información sobre la unidad ya mencionada. En definitiva, unifican ciertas
características de un grupo y las plasman en una indumentaria fácilmente
reconocible para los demás.
EL UNIFORME
MILITAR COMO INSPIRACIÓN DE TODO TIPO DE UNIFORMES.
Uno de los uniformes que más intenta destacar las características del
varón es, sin duda, el militar. Está socialmente reconocido el prototipo de militar
robusto y varonil con hombros cuadrados y características corporales plenamente
masculinas. Dado que el uniforme muestra las características del grupo al que
simboliza, el diseño del uniforme militar tratará de transmitir fuerza y
masculinidad.
El uniforme militar esconde también mucha simbología
relacionada con el estatus militar. Por ejemplo, en el caso de los oficiales el
hombro es el que marca el grado de poder mientras que en los soldados se
muestra en las mangas. Además, el hombro separa al soldado del oficial.
“Ejemplo de Uniforme
militar”
El uniforme del marinero en el niño:
El
uniforme marinero en los niños procede del S XIX y fue iniciado por la reina
Victoria. Se adoptó rápidamente como muestra de ser parte de una familia elegante,
rica y distinguida que además mostraba sus valores de disciplina, buena
educación y mentalidad conservadora. Se popularizó en toda Europa y fue
adoptado en España por los niños varones en su primera comunión.
El uniforme en Rusia.
Rusia puede considerarse uno de los lugares que históricamente más ha
apreciado al uniforme. En la Rusia Zarista, una sociedad altamente
compartimentada, el uniforme era común en muchas ocupaciones sociales.
El uniforme para los alemanes.
El uniforme fue muy importante en
época nazi para los alemanes. Para comprender y contextualizar el auge de los
uniformes hay que comprender los orígenes de la moderna Alemania en la
militarizada Prusia.
Durante la Segunda Guerra Mundial, se convirtió en todo un
símbolo que indicaba quién era quién en la sociedad y estuvo presente en todas
las capas generacionales de la misma.
Los uniformes italianos
Los uniformes, observados con patrones culturales que desconocen los
signos de comunicación implícitos en sus formas en su contexto original, pueden
ser juzgados de forma peyorativa e incluso crear clichés con éxito que perdura
a lo largo del tiempo. Los italianos preferían uniformes muy retrógrados y
obsoletos que contrastaban ampliamente con los uniformes alemanes o americanos
mucho más funcionales. Su uniforme se convirtió en motivo de burla cosa que
tuvo implicaciones psicológicas en los soldados italianos.
La resistencia al cambio
Al hablar
de detractores del cambio hemos mencionado ya el caso de los italianos. Nos
damos cuenta que es muy difícil cambiar el estilo de un uniforme clásico. Éste
suele haber echado raíces en la mentalidad de la gente, que es reacia a
cambiarlo.
Brillo, poder y prestigio como signo del uniforme
Esta pieza representa poder, prestigio y autoridad en todo
tipo de uniformes. Además atrae a almas sencillas como los niños y es el
complemento perfecto para muchos uniformes. En el siguiente testimonio podemos
ver el atractivo que ejercían en un niño pequeño las maniobras militares y los
uniformes de los falangistas tras la Guerra civil Española.
El uniforme como signo de confianza.
¿Qué sensación nos causaría un avión pilotado por un hombre en camiseta
y jeans? Probablemente, nos haría desconfiar. De hecho, los que conducen un
medio de transporte deben de transmitir valores de respeto, honestidad,
responsabilidad y confianza. Como ya hemos mencionado en apartados anteriores, el uniforme
cumple en muchas ocasiones una función psicológica en las personas que lo
observan, ya que inconscientemente entendemos que dice mucho más de un
individuo de lo que podría parecer al principio.
Los uniformes de Fe.
En el caso del Ejército de la Salvación, en sus orígenes llevaban
uniformes militares ya que en aquel momento el ejército estaba de moda.
Entre los protestantes destacan los mormones y su tarea de misioneros. A
una determinada edad abandonan su vida y familia para dedicarse a difundir su
religión. Se les reconoce fácilmente por ir en parejas con traje chaqueta y
corbata.
Por otra parte, la Iglesia Católica es la institución más uniformada
desde el siglo III. Los elementos de la vestimenta son simbólicos. Valga como
ejemplo el número de botones, las puntas del bonete, los colores, etc… Cuanta
más autoridad se tiene, más complejidad tiene el uniforme.
Paralelamente, surgió el Hare Krishna, un movimiento que atrajo a muchos
jóvenes de la época hippie que trataban de reivindicarse ante las exigencias y
vida sistematizada y reglada de sus padres. Paradójicamente, acabaron llevando
uniformes y siguiendo unas estrictas reglas. Esto demuestra la predisposición
humana a formar grupos que se diferencien de otros grupos y releguen a los que
no pertenecen al mismo.
En el caso de los nuevos druidas, no hay un uniforme definido porque no
hay referencias a cómo pudieron ser éstos y lo que es más importante por falta
de una autoridad central.
Los judíos ultra-conservadores, en cambio, tienen una manera de vestir
determinada como forma de relacionarse con Dios y el mundo reglada por la
autoridad de sus rabinos líderes. No se permiten cambiar de uniforme porque así
no se someten a la vanidad de las modas.
Ku Klux Klan.
Una de las organizaciones históricas americanas en la que más
importancia ha tenido el uniforme ha sido el Ku Klux Klan. Este fue el nombre
de varias organizaciones de extrema derecha de los EEUU creadas en el siglo XIX
y disueltas por fuerza mayor en los años 40. Solían utilizar métodos violentos
y trataban de hacer divertir a los jóvenes del Klan humillando a otras
personas. Estaban a favor del racismo, antisemitismo, comunismo, homofobia y
creían en la superioridad de la raza blanca.
En su origen se cubrían con sábanas y máscaras ya que
intentaban asustar a la gente ajena a la organización. Posteriormente y para la
crema de cruces, solían uniformarse con batas, capuchas y máscaras normalmente
blancas, pero no por una causa simbólica sino por el color de las sábanas que
se llevaban anteriormente.
Actualmente,
hay gente del Klan que sigue pensando que la organización nunca se fue y sigue
luchando contra sus enemigos. Eventualmente, aparecen ciertos grupos
relacionados con el Klan y llevan uniformes más comunes. El de los jóvenes,
consiste en una camisa blanca con banderas de EEUU y del Ejército Confederado
en las mangas y una corbata negra.
LA PARADOJA
DE LOS UNIFORMES.
El ser humano es la única especie con la mente lo
suficientemente complicada como para entrar en la paradoja de los uniformes:
toda persona siente la necesidad psicológica de vestirse uniformemente como los
demás, mientras a la vez, exhibe una identidad singular y su personalidad. Este
es el dilema del curioso fenómeno de la moda.
Tenemos una lucha interna entre el orgullo de resistirse a la
imposición exterior y por otro lado el impulso del grupo.
CONCLUSIONES.
No es fácil abordar la complejidad del fenómeno uniforme. De
hecho podríamos cuestionarnos los límites difusos entre vestirse y uniformarse.
Con la vestimenta comunicamos nuestra identidad, pero a la vez nuestra
adscripción a un grupo con el que nos
identificamos. Pensamos que somos originales pero finalmente acabamos formando
parte de una u otra forma de interpretar nuestra posición e ideología en la
sociedad.
Como hemos visto el uniforme es la expresión de los sueños y
anhelos que tenemos como animal social. El uniforme puede ser erotismo o
castidad, es alegría en el blanco de la novia como pena en el luto por un
difunto, expresa pacifismo con la túnica budista o belicosidad como muestran
los militares en traje de guerra. Cada
sociedad se expresa por sus uniformes, los nazis como sociedad marcial, los
británicos como herederos de un imperio, los americanos como sociedad
democrática. Conocer los uniformes es
conocer a sus portadores.
Para estar bien integrados en nuestra sociedad debemos
conocer el complejo lenguaje de los uniformes ya que, como dice Fussell, somos
lo que vestimos.
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